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Intentos vacuos de aprehender la Creación


Una muestra que año tras año ha sido impulsada por la labor febril de María Baños -compañera de vida de Leonardo Rodríguez.

El tema “mujer” es de cuidado. El tema “mujer”, trae consigo historias ancestrales de Evas pecadoras y estatuas de sal que se derrumban. El tópico “mujer” gana en gracia cuando se hace acompañar de tonos rosas y cuando se le añaden niños pequeños en los brazos, o se enseñan las carnes para captar la atención. El objeto “mujer” es agridulce. ¡Ah! Pero el sujeto “mujer”… esa es otra historia, una historia cargada en vericuetos y páginas en blanco. No horror vacui para la mujer, la mujer como artífice, la creadora, ha tenido que esperar mucho tiempo para ser leída, ya no interpretada, ya no aplaudida, sino sencilla y llanamente atendida.

Sin embargo, no todo es tan oscuro. Existen áreas en las que por suerte, podemos hablar de una inclusión, si bien paulatina, no por esto menos relevante y menos radical. El circuito del arte, por ejemplo, es uno de estos espacios en el que la voz femenina se ha ido ubicando de a poquito, como un gusano que rompe la tierra para al final, fertilizarla. Mirarlo a nivel internacional seria un buen ensayo, pero ir a una cédula primaria creo que ofrecería mayor información. Hablaré, por tanto, de la colección de Leonardo Rodríguez, con la cual he tenido el gusto de trabajar de manera sistémica y cercana. La Rodríguez collection inaugura su sucursal más importante, El Kendall Art Center, en julio de 2016. Para aquel entonces contaba con la presencia de 4 mujeres dentro de una muestra total de 50 artistas. Estas cuatro mujeres eran: Gina Pellón, Zaida del Río, Ivón Ferrer y Amelia Peláez. Hoy día, este número ha crecido considerablemente, aumentando en más de 5 proporciones la cantidad. Kendall Art Center cuenta en el presente con más de una veintena de artistas mujeres, de las cuales 18 son creadoras activas dentro del entramado artístico, no solo de Miami, sino también y como es predecible, de Cuba, e incluso de algunas otras partes del globo.

No solo resulta importante mencionar el aumento numérico de la colección, porque esto puede no llegar a ser más que un dato cuantitativo, sino que resulta imprescindible señalar el entramado que existe detrás de este aumento, y las gestiones que se han llevado a cabo para favorecerlo. En primer lugar habría que mencionar el hecho de que desde el 2017 se viene realizando un programa en el centro, el cual dedica una exposición anual solamente para exhibir el trabajo de las féminas. No quiere decir esto que el resto del año las mujeres queden excluidas de las presentaciones, quiere decir que esta vez su discurso se articula de una manera íntima, centralizada, donde nada más la voz hembra importa. Se trata de una exposición en expansión de la colección permanente en la cual se viabiliza la entrada de nuevas voces a las salas de la galería. Año tras año esta muestra ha sido, además de impulsada por la labor febril de María Baños -compañera de vida de Leonardo Rodríguez, atendida por importantes nombres de la cultura local, como es el caso de Janet Batet, Gabriela Azcuy, Carol Damian, Hortensia Montero, Isabel M. Pérez. Estas curadoras, especialistas, historiadoras que están detrás de las artistas, cuidando y recogiendo cada detalle de su discurso, también forman una valía grandiosa para la idea que intento estructurar en estas líneas: la mujer ha logrado ubicarse en el mapa del arte contemporáneo, como artífice y como autora.

El presente libro-catálogo, viene a acompañar, entonces este desplazamiento, recogerlo tal y como ha sido: a pasos de pequeño que gatea y luego corre. Sabemos que aún nos queda por recorrer, que aún andamos a tientas, pero cada día existe más la convicción de que lo que se está escribiendo es un intento fiel de corregir la historia. La exposición que hoy nace, como nacen los niños, llenos de amor y bajo mucho empuje, llega a ustedes así, porosa, húmeda, con olor amniótico. Llega a ustedes para ser cargada y pasada de brazo en brazo, con sororidad y respeto. Tenemos en estas salas el fruto, mitad del vientre mitad de las manos, de 21 mujeres del siglo 21. O mejor, mujeres a secas. De cualquier época. De cualquier raza. De cualquier género.

Entre un nombre y otro llegan las abstractas, concretas y figurativas, fotógrafas, escultoras y pintoras, apoyadas o renegadas por la crítica, apoyadas o renegadas por el entramado social en que surgieron. Nombres imperdibles para quien sepa de historia, imágenes imperdibles para quien tenga ojos. Women Artists in the Rodriguez Collection ofrece maderas, porcelanas, lienzos, ofrece hojas de vida. Antonia, cubana que tuvo que arrimarse a Miami, como muchos de nosotros nos arrimamos también. Consuelo, Rocío, Aimeé, Loló, Lisyanet, Ana Albertina… con títulos que en muchos casos empiezan a labrar de cero, que erizan, que escapan de todo lo que anteriormente ha sido nombrado. Estas mujeres, nuestras, poseen una capacidad temática tan amplia, tan variada, tan jugosa, que no puede ni debiera ser nunca encasillada en los apóstrofes de un texto. Y sin embargo, aquí estoy, tratando de traducir con palabras los sentimientos evocados. No creo que les haga justicia, mejor convidarlos a presenciar las obras por ustedes mismos…Solamente, y sin la intención de sugestionarlos, quisiera que al hojear este pequeño documento, o recorrer las salas de la galería, pensaran, como he pensado yo desde el momento mismo en que me concebí como mujer, una mujer que crea, como todas las mujeres y sus posibles combinaciones, en aquel poema mágico de Dulce María Loynaz -llamado no casualmente Creación- donde se lee:

Y primero era el agua: un agua ronca, sin respirar de peces, sin orillas que la apretaran… Era el agua primero, sobre un mundo naciendo de la mano de Dios… Era el agua… Todavía la tierra no asomaba entre las olas, todavía la tierra sólo era un fango blando y tembloroso… No había flor de lunas ni racimos de islas… En el vientre del agua joven se gestaban continentes… ¡Amanecer del mundo, despertar del mundo! ¡Qué apagar de fuegos últimos¡ ¡Qué mar en llamas bajo el cielo negro¡ Era primero el agua.

Texto del catalogo para la exhibición. Roxana M. Bermejo, La Habana, Cuba. Historiadora y crítico de arte. Licenciada en Historia del Arte por la Facultad de Artes y Letras de La Universidad de La Habana. En el presente se desempeña como Editora de revista académica de perfil independiente Art-Sôlido. Merecedora por su libro ‘‘Bitácora del sujeto ausente’’, del Primer Premio Novel Internacional de Poesía Universitaria “Cátedra Miguel Hernández” de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Alicante (España, 2016). Participante en diversos eventos nacionales e internacionales, relacionados con la cultura caribeña y latinoamericana. Textos suyos de perfil investigativo han sido publicados en espacios como la revista y el Tabloide Artecubano, AMANO: Oficio & Diseño, FullFrame, Art OnCuba, y el portal digital cinematográfico Cuba Now.

Art-Sôlido20 Jul 2020

https://artsolido.com/2020/07/20/intentos-vacuos-de-aprehender-la-creacion/

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