Eleven light hidden in plain sight curated by Humberto Castro
Eleven light hidden in plain sight
(Once luces ocultas en plena luz)
OPENING: Friday, May 17, 2019
6:30PM-11PM
Tomando como base el tema de la segunda Convención de la Cubanidad, “Herencia y Generacionalidad en la Diáspora Cubana”, hemos seleccionado un grupo de once artistas para la exposición titulada “Eleven light hidden in plain sight”, la cual pienso se conecta de algún modo estilísticamente con algunas de las estructuras estéticas o formales de la pintura cubana contemporánea de los años cincuenta.
Con esta exposición queremos homenajear a muchos de los artistas de la década del cincuenta, y en particular al grupo de los Once a través de la cual se agruparon con el objetivo de crear ideas nuevas según los patrones de la plástica cubana de entonces.
De alguna forma, esta estética formal de los Once se fue desarrollando en la isla de forma repetida, en ciclos, hasta dar lugar, también, al desarrollo de la herencia de las nuevas generaciones en la diáspora cubana.
En 1953 el grupo de los Once realizó la célebre exposición en la galería de la Rampa, cuya puesta estuvo formada al inicio por René Ávila, José Ignacio Bermúdez, Hugo Consuegra, Fayad Jamis, Guido llinas, Antonio Vidal, Virado Espinosa, Francisco Antigua, Agustín Cárdenas, José Antonio y Tomas Oliva.
Fue un grupo que, aunque muchos quieren catalogarlo de abstracto, al inicio se vio integrado por artistas de tendencia figurativa y abstracta.
Hubo otros artistas importantes de esa década que, por no tener el espacio para nombrarlos, fueron figuras destacas como Antonia Eiriz, Wifredo Lam, Julio Girona, Acosta de León, Servando Cabrera, Carlos Enríquez, Martínez Pedro, Carmen Herrera, Lolo Soldevilla y Waldo Balart entre muchos otros.
Todos ellos formaron parte de un cambio conceptual y estético en correspondencia a la percepción del arte cubano de la época y mediante el cual impusieron nuevas fórmulas creativas en las artes plásticas de la isla, constituyendo una continuidad artística en la pintura cubana desde esa época hasta hoy.
Para nuestra exposición hemos seleccionado once artistas abstractos y figurativos, todos formados profesionalmente desde los ochenta hasta ahora, entre ellos: Agustín Rolando Rojas, Ana Albertina Delgado, Sedey de Jesús, César Beltrán, Ismael Gómez Peralta, Jesús Rivera, Joherms Quiala, Adriano Buergo, Julio Antonio, Niten y Sebastián Elizondo.
Con diferentes estilos y conceptos, (figurativos, grabadores, abstractos y fotógrafos), algunos ni siquiera se conocen entre ellos, sin embargo, los une una tradición que se viene desarrollando desde hace años y que, de alguna forma, quizás, caprichosa de mi parte, está conectada con la herencia artística de los cincuenta. Mientras más estudio la historia de la pintura cubana de los ochenta, más relación le veo con la generación de los artistas de los cincuenta, sin lugar a dudas en lo que se refiere a la lucha por instaurar nuevas estructuras estéticas en la Isla y sobre todo en la gestación de una red de estilos que se conectan con aquellos artistas de mediados del siglo XX.
Si comenzáramos a relacionar estilos, pudiéramos encontrar nexos conceptuales entre el quehacer de Raúl Martínez, la obra de César Beltrán y la de Sedey de Jesús, todos formando parte de una familia pop y gráfica conectada con la propaganda y la publicidad con pretensiones diferentes. Si Raúl en los sesenta coqueteo de alguna forma con el arte comprometido y utilizó las formas del cartel y la propaganda revolucionaria en base a su trabajo, César convierte sus composiciones neo-pop, de base fotográfica, en pura crítica contestataria desacralizando las simbologías patrióticas del régimen, mientras que Sedey, sin mezclar el aspecto político de una forma directa, realiza mediante la gráfica pura y lineal una reinterpretación crítica sobre la comunicación y el control ideológico.
El abstraccionismo geométrico cubano de la época de los cincuenta, hablamos de Martínez Pedro, Lolo Soldevilla, Zilia Sánchez, Carmen Herrera o Waldo Balart, realizado en forma pura, plana y elementalmente gráfica, toma vuelos geométricos virtualmente tridimensionales y estructuralmente voluminosos en las piezas de Niten. Mientras que en Jesús Rivera la velocidad automática de una maquinaria que gira cíclicamente nos enfrenta ante la actividad gestual de un movimiento circular que viaja de un micro mundo a un macro mundo regenerando energía al infinito.
El Figurativismo antillano de Wifredo Lam, Acosta de León o Julio Girona, encontró puntos de contacto con sus herederos en las poéticas y a la vez crudas, composiciones de Julio Antonio.
Mientras que la exquisita textura del abstractionismo figurativo de Rafael Soriano, nos puede conducir a la puerta de un artista como Adriano Buergo, mediante el uso del sarcasmo conceptual, mezclado con la elegancia del color, nos habla de un ventilador “Roto”, “realidad cubana transformada en lírica obra de arte”.
El paisaje cubano siempre fue caracterizado por los artistas de forma exuberante y acogedor a lo largo de toda la historia de la pintura paisajista cubana; más en la obra de Ismael Gómez Peralta cobra un dramatismo épico, cuya narración a simple vista expone la erosión y destrucción ocasionada durante largos años de dictadura en la arquitectura de la Isla, plasmándola en la tela mediante texturas gestuales.
Somos una Isla en la cual las artistas mujeres se han destacado a lo largo de la historia del arte. Entre ellas podemos nombrar una de las más destacadas, Antonia Eiriz, con una obra contundente y provocadora, marcada por el dibujo brutal, los colores oscuros y dramáticos, con los cuales marca un hito dentro de la pintura expresionista cubana.
La Pintura de Ana Albertina Delgado nos ofrece un expresionismo con colores vivos, en algunos casos estridentes y provocadores. Si nos proponemos tratar de descifrar cuales nexos pudieran predominar entre la pintura de Antonina y Ana, a simple vista diríamos que ninguno, pero existe una afinidad artística verificable por analogías antagónicas. Si Antonia representa el expresionismo brutal, Ana Albertina se diferencia por un expresionismo lírico, provocando ambas al espectador de la misma forma.
El grabado en Cuba se practica desde muy temprano, introducido y desarrollado principalmente por la industria tabacalera. En este sentido, Agustín Rolando Rojas se ha dedicado a estudiar y experimentar estas técnicas a la perfección, llevando sus dibujos y pinturas de un modo selectivo a este soporte gráfico experimentando principalmente con la calcografía y el intaglio, mediante los cuales diserta sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza que los rodea.
La fotografía y la pintura han sido dos soportes que se han complementado. El uno al otro, la pintura se basa en composiciones a partir de la fotografía y los fotógrafos, utilizando las gamas y texturas de la pintura para componer sus imágenes. Tal es el caso de Joherms Quiala y Sebastián Elizondo; el primero responde a composiciones realistas, casi fotográficas, registrada en la tela para hacer con ellas crónicas a partir de su vida personal. En la misma frecuencia, el segundo, Sebastián Elizondo refleja en sus fotografías imágenes de su infancia, las cuales denomina El fondo del espejo, cuyas composiciones geométricas se basan en la búsqueda interior de su propia historia.
Once luces escondidas a plena luz es una exposición que nos propone reflexionar sobre la historia de la generacionalidad y la herencia del arte cubano en el exilio y la diáspora; la exposición trata de agudizar el ojo sobre donde apuntan los reflectores hoy en día y hacia qué lugar debemos mirar realmente, en un mundo cada vez más cargando de conceptos vacíos y de imágenes superfluas, donde lo virtual discute el espacio con lo real, donde lo visible se puede transformar en invisible. Para balancear esta situación existe un solo antídoto: la cultura real.
Humberto Castro.
Humberto Castro, nació en La Habana, Cuba, el 9 de Julio de 1957. Es graduado de la Academia de Artes Plásticas San Alejandro y del Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana Cuba. Artista Multimedia, reconocido internacionalmente, es uno de los mas activos miembros de la históricamente conocida generación del los 80 en Cuba, la cual generó cambios estéticos y conceptuales en la escena artística de la isla.